Desde
hace varias décadas, Septiembre es un mes de contrastes,
particularmente para quienes tuvimos la fortuna de vivir en tiempos de
democracia más real y efectiva.
Se
anuncia la primavera al mismo tiempo que se recuerda el paso de la
muerte que, cual sentencia bíblica, arrasó con muchos de los hogares de
quienes se atrevieron a creer que el mundo podría ser más justo y
digno.