A las dirigentes del sindicato DICOTEX las hostiga permanentemente su empleador, para desgracia de ellas sus propias compañeras de trabajo se han prestado al discurso patronal y levantaron un Sindicato N° 2, estrategia con la que responderán los patrones de aquí en adelante para anular las pobres reformas laborales que pronto se transformaran en ley.
Misma situación de paralelismo afecta por estos días al Sindicato de la empresa SOCIEDAD ALIMENTICIA Y COMERCIAL BAUERLE S.A., empresa en la que se han suscrito varios convenios colectivos y las denuncias por incumplimiento y practicas antisindicales son fiscalizadas tardíamente, además de que el mayor castigo para el patrón siguen siendo las multas mientras a la organización sindical la hacen mierda.
Ana Luisa Miranda fue hostigada por años por el dueño de la empresa TALINAY S.A. siendo hasta agredida en una ocasión por la esposa de este negrero. Ana Luisa finalmente debió dejar su trabajo abrumada por las enfermedades y la falta de compromiso de la Inspección del Trabajo, que mas de una vez hizo la vista gorda mientras el patrón inventaba convenios colectivos y le negaba los derechos que como sindicalista le corresponden.
Decenas son los casos que nos toca atender en los que las trabajadoras dan cuenta de cómo se les hostiga, principalmente cuando están embarazadas.
Muchas desconocen incluso el derecho a fuero cuando se embarazan y aceptan suscribir renuncias voluntarias, con las que solo facilitan el abuso empresarial.
Y que decir de los miles de empresas que contratan hasta 19 mujeres, ya que con esto quedan liberadas de otorgar el beneficio de la sala cuna.
Lo anterior son casos que se repiten a lo largo y ancho del país y poco o nada se hace por mejorar las condiciones en que cumple su labor la mujer trabajadora.
Sin embargo, y en vez de apoyar los esfuerzos que se hacen para romper con esta realidad, muchos son los que se limitan a seguirse quejando contra el capitalismo y los neoliberales, sin asumir que nuestras compañeras y compañeros, nuestro pueblo, poco o nada hará por salir de la situación en que se encuentra si no es educado y organizado
Tanto discurso vacío, tanta capacidad de acción perdida.
Tanto discurso vacío, tanta capacidad de acción perdida.
El 8 de Marzo en la mayoría de los países del mundo, se conmemoró el Día Internacional de la Mujer. Se recordó a quienes fueran pioneras en la demanda por igualdad de derechos y oportunidades para la mujer.
Se organizaron marchas, se escribieron cientos de documentos y se enviaron miles de correos electrónicos y sin embargo al día siguiente todo vuelve a ser igual.
La desesperanza sigue rondando, los abusos son la respuesta del sistema a las demandas históricas.
Poco o nada cambian las cosas hasta el próximo 8 de Marzo, fecha en que se vuelve a repetir el rito.
El camino está suficientemente trazado desde hace rato, el asunto es como echar a andar, que ya se irán haciendo durante la marcha las modificaciones que hagan falta. Esa y no otra es la conclusión que debe primar. Acción y movilización permanente.
Por eso hay que saludar efusivamente el acto unitario del 8 de Marzo en Santiago, en el que el CIUS tuvo el enorme orgullo de exponer las demandas de la clase trabajadora, de las mujeres y hombres explotados por el sistema.
En solo unos minutos se expuso a los y las miles que participaron una síntesis del Pliego de los Trabajadores y se llamó a difundirlo y luchar por él.
No obstante lo anterior y valorando todos los avances que en el camino de la lucha popular se vienen dando, no podemos sino llamar la atención sobre todas las carencias de las que adolecemos y que le permiten al modelo seguir reinando casi sin oposición.
A nosotras y nosotros, dirigentes sindicales y militantes de la más variada índole, se nos hace difícil llegar con nuestra opinión y propuestas a nuestro pueblo, a las mujeres y hombres abusados en sus derechos básicos, aunque pocas veces lo reconocemos.
Sigue costándonos asumir nuestra responsabilidad en este repliegue, en este no estar ni ahí de la mayoría de los explotados.
¿No será que, por alguna razón, los que fallamos somos nosotros, que no logramos llegar a la conciencia de nuestros hermanos de clase para sacarlos del sopor en que los tiene el sistema?.
Por lo mismo y pasada esta nueva conmemoración del día internacional de la mujer debemos asumir que la tarea empieza en nosotros, los que dirigimos.
Acercarse a la base es la obligación, educarlos en sus derechos es el primero de los pasos y esa educación debe ser personalizada, permanente, considerando la historia, los éxitos y los fracasos.
Ese y no otro es el rol de los y las dirigentes sindicales.
De esta escuela, que nos heredaron nuestros lideres y que muchos citan pero no aplican, nacerá la organización de nuevo tipo, esa en que las trabajadoras y los trabajadores serán quienes la llevan. Esa que centrará su accionar en las demandas concretas de la clase y que una vez conseguida la organización y ganada la lucha por el pan comenzará, con los mismos que fueron creando y fortaleciendo su conciencia en la lucha diaria junto a todos los que se fueron incorporando en el camino, a proyectar la sociedad digna y justa en la que estas inequidades no tendrán cabida.
Por eso compañeras y compañeros, dirigentes y trabajadores, más que reiterar los discursos la invitación es a trabajar para convencer de la necesidad del cambio. En la casa, en el barrio, en el sindicato.
A cada uno de los lugares donde concurramos arrojemos la semilla de la educación, la organización y la lucha, podrá tardar pero es seguro que germina y dará frutos.
Pongamos todo nuestro esfuerzo para superar las barreras que la incomprensión ha ido construyendo en la conciencia de nuestro pueblo.
Si no somos nosotros los que hagamos los cambios nadie lo hará.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE