En La Segunda del 19 de Enero de 2016, el diputado Daniel Nuñez al explicar su rechazo a una indicación a la ley de partidos aprobada en el Senado y que implica que las autoridades partidarias se elegirán por el principio de “un militante un voto”, dice que la elección indirecta de autoridades políticas es el mejor mecanismo (o sea algunos eligen a algunos y estos eligen a la cúpula que da dirección).
Poca importancia tendría esa opinión si no fuera que para justificarla el diputado argumenta que “nuestra tradición viene de los sindicatos”, lo que no es efectivo pues en la larga tradición de la organización sindical de base, todos los trabajadores han participado en la elección de sus autoridades.
Solo podrá tener peso la argumentación del diputado si nos remitiéramos a la actual legislación laboral que establece que para la constitución y gestión de Federaciones Confederaciones y Centrales, solo se requiere de la opinión de los dirigentes de sindicatos u organizaciones de base, dando con esto lugar a un sistema indirecto de elección de autoridades que no necesariamente reflejan el sentir de los trabajadores.
Si es a eso a lo que aspira el diputado hay que decir que ello no tiene nada que ver con la tradición histórica de los sindicatos.
Somos muchos los que seguimos creyendo que para que el sindicalismo recupere su protagonismo se hace urgente establecer la elección universal de los dirigentes de los trabajadores en todos los niveles de organización.
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Dábamos cuenta en el Pulso anterior de una serie de anomalías en la reforma laboral de la Nueva Mayoría, anomalías que anulan completamente el discurso de que con las reformas se busca potenciar la gestión de los sindicatos.
Es bueno y ayuda a la discusión entre los trabajadores que sigamos viendo normas que retrotraen derechos, pero asimismo debemos insistir con firmeza en que el camino hasta ahora escogido por parte del movimiento sindical organizado no es el que corresponde a las urgencias que se viven.
Por algo tenemos lo que tenemos, cuando se habla de propuestas para “mejorar las condiciones de los trabajadores”. Ya algunos han dicho que solo damos cuenta parcial de las cosas, me han preguntado incluso por lo bueno de las reformas. Reitero que eso que llaman bueno es tan menor en relación con lo que nos friega que ya vendrán los defensores de la reforma a hacer su pega. Nosotros pretendemos seguir clarificando algunas cosas a nuestros compas en la dirigencia y la militancia sindical.
Otras sorpresas de la reforma son: (siga el orden del Pulso anterior)
3.- Ni siquiera el piso rasca se respetará siempre: Así lo dice la reforma, cuando establece que las partes podrán (como si negociaran en condiciones de igualdad) convenir rebajar el piso de la negociación a que se refiere el articulo 338 (de la reforma) cuando las condiciones económicas de la empresa así lo justifiquen (Articulo 343 de la reforma).
Esta condición aplica incluso cuando los trabajadores optaran por suscribir un contrato colectivo sujeto a las estipulaciones del piso de la negociación. (O sea, cometen el descaro de decir que se asegura un piso para a, reglón seguido, establecer en mecanismo para saltarse dicho aseguramiento) (Articulo 344 de la reforma).
4.- La huelga que continua siendo poco clara. La reforma garantiza el derecho a huelga, de quienes están negociando, por lo que se prohíbe el reemplazo de los puestos de trabajo de los trabajadores en huelga. No obstante los trabajadores deberán denunciar la presencia de los rompehuelgas para que la Inspección requiera el retiro inmediato de los reemplazantes de los puestos de trabajo en huelga. Si el empleador se niega, cosa que hace muy a menudo, la Inspección debe denunciarlo al Juzgado de letras del Trabajo y será el tribunal el que ordene el retiro de los reemplazantes (Articulo 347 de la Reforma).
Hoy en día esta norma está vigente y pasan varios días, incluso semanas antes de que dicho retiro se produzca. Conclusión, la huelga es un fracaso.
Este es el gran avance del que tanto se jactan, en lo que al derecho a huelga se refiere?
5.- La seguidilla de ofertas con huelga en curso que solo busca minar la confianza de los huelguistas: Durante el desarrollo de la huelga la empresa podrá presentar nuevas ofertas las que deberán ser votadas ante ministro de fe. Si es rechazada esta oferta puede ser presentada una nueva cada 5 días después de transcurrida la votación de la ultima. Que se busca con esto?. Nada más que presionar a los trabajadores y su organización. Esta también es una indicación ingresada en el Senado (articulo 357 de la Reforma.
6.- La suspensión de la huelga, otra estupidez sin explicación: En lo que mas perece un chiste cruel que una norma legal, la nueva reforma plantea que las partes podrán acordar la suspensión temporal de la huelga por el plazo que estimen pertinente (Articulo 358 de la Reforma).
O sea, no solo se imponen un proceso dilatorio para sacar a los rompehuelgas y se faculta al empleador para presentar nuevas ofertas que pueden ser las mismas todo el tiempo, sino que también se legisla para que las partes (otra vez este cantito como si habláramos de partes con cierta igualdad de derechos) puedan SUSPENDER la huelga. Con que fin?. Solo servirá para que el patrón ofrezca estudiar una nueva oferta, saque la producción detenida a la venta y luego retome la huelga, sin resultado alguno para los trabajadores.
7.- Los propios trabajadores deberán resolver entre ellos quien trabaja mientras los demás están en huelga: El proyecto da una larga lata con la calificación de los servicios mínimos y equipos de emergencia, que deberán actuar en caso de huelga. Se trata de que los propios trabajadores resolverán quienes de ellos siguen trabajando si la empresa determina que requiere de tales o cuales posiciones para asegurar el funcionamiento de la empresa. Se remunerará a quienes cumplan estas funciones, hay plazos para que la empresa los solicite, los trabajadores se deben pronunciar y si no hay acuerdo puede suspenderse el proceso hasta que resuelva el tribunal (Artículos 360 y 361 de la Reforma).
¿Bonita manera de asegurar el derecho a huelga en negociación colectiva, cierto?
Hasta aquí llegamos en este Pulso con un vistazo a las reformas, socializarlo es la tarea de cada sindicalista con sentido de clase.
El sistema continuará imponiendo sus criterios si los organizados no damos con alguna forma o instrumento que nos lleve a enfrentarlo con algo mas que declaraciones, marchas y una que otra acción audaz.
Ya deben estar claros aquellos que apuestan solamente al lobby en el parlamento y los distintos ministerios, que ese es un camino perdido.
Lo que sale para ser discutido desde las oficinas palaciegas, es aquello que ya acordaron los que la llevan.
Los dueños del poder no van a poner en discusión ninguna norma que les quite espacios o les limite en su actuar. Ellos tienen claro lo que quieren desde antes de exponerlo. Solo buscan a las organizaciones y sus dirigentes para darle un barniz de participación al engendro que parieron.
Son muchos los que dicen estar en contra de este modelo de gestión, y sin embargo el sistema ha ido instalando cada una de sus leyes y las organizaciones sindicales siguen sin dar pie con bola.
No cabe duda que las Centrales Sindicales han dejado la grande. Que la dependencia de los partidos ha hecho de su actuar algo anodino, sin mas marca que un desprestigio que se extiende como una mancha imposible de quitar. Pero solo ellas son responsables?.
Ciertamente no y ya es hora de que vamos poniendo las cosas en su lugar.
No podemos ni debemos esperar nada de las Centrales. Solo lo que hagamos o dejemos de hacer marcará el presente y el futuro de la organización sindical. Por lo tanto no podemos ocupar sus mismos esquemas de gestión para llegar a los trabajadores.
Las reformas laborales saldrán según acuerden las mayorías representadas en el Parlamento y serán aplicables a todos los trabajadores, ya sea que se digan de gobierno u oposición, se califiquen de apolíticos o cierren filas en algo más radical.
La tarea entonces es desmenuzar lo que buscan y desde ahí construir el dique que al menos frene esta ofensiva del capital.
Para nosotros eso es el Pliego de los Trabajadores y se hace perentoria la construcción de un proyecto colectivo tipo, que resguarde los derechos que serán atacados.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE