PULSO SINDICAL Nº 253 DEL 24 AL 30 DE SEPTIEMBRE DE 2014
Como llamaría usted a estos hechos?
*La prensa informa que murió el joven baleado por un gendarme que disparó al aire durante una marcha estudiantil. Hace 2 años el muchacho se asomó a ver lo que pasaba en la calle desde su departamento en un 4º piso, cuando recibió el balazo que desde entonces lo mantuvo en estado vegetal.
*En imágenes de televisión se puede observar el estado desastroso en que quedó una casa habitación después de ser allanada por carabineros sin autorización alguna para hacerlo, ocasión en que se atemorizó a 4 niños chicos. Todo indica que no era ahí donde había que allanar, la familia afectada deberá demandar para que alguien se haga cargo de los daños.
*A mas de dos semanas de ocurrido sigue siendo un misterio la identificación de los carabineros que dispararon desde un furgón policial en movimiento balines contra la gente en la noche del 11 de septiembre en la población La Legua y que provocaron la perdida de un hijo de un niño de 9 años y lesiones a otras 6 personas, (expuesto en el noticiero central de Chilevision y silenciado por todos los demás medios de comunicación).
¿Terror aplicado por agentes del Estado contra ciudadanos indefensos?.
Seguramente en un país donde se respetan los derechos de todas las personas e instituciones, cuestiones como estas no pasarían desapercibidas. Serían expuestas en titulares de primera plana y en los noticieros y espacios de análisis de todo tipo se buscaría a los responsables.
Lo mínimo que podría esperarse es la identificación plena de los responsables así como sanciones ejemplarizadoras a ellos y a los responsables del mando. Y es que se supone que existen protocolos o mecanismos para proceder ante situaciones como estas.
Lo mas grave es el silencio de los mismos medios de comunicación que ante hecho similares orquestan toda una campaña orientada, en primer lugar, a imponer el temor, a satanizar a personas y organizaciones, sin otorgar a las mismas ni el mas mínimo derecho a réplica.
Esto no solamente se produce en el ámbito policial.
Si no veamos el resultado de todos los reportajes que una vez expuestos hechos de alarma pública dejan de ser considerados, simplemente por que ya no son noticia. Esto, pese a que en dichos reportajes hay personas identificadas y acciones denunciadas, que claramente son de tipo delictual.
Sin embargo y una vez puesto el tema para provocar conmoción ciudadana, poco o nada se conoce del desenlace de los mismos. Profesionales de dudosa calidad moral, empresas y otros que estafan y roban a diestra y siniestra salen caso sin rasguño.
El último caso conocido fue presentado por el programa Contacto de Canal 13 de TV el 23 de septiembre recién pasado, programa en el que se denunciaron graves anomalías que implican a empresas del Transantiago y a dirigentes sindicales.
No se trató de cuestiones menores. A toda la información respecto de anomalías que dejan en tela de juicio la transparencia con la que operan las licitaciones, se expuso también antecedentes suficientes como para iniciar una investigación y, luego de esta, castigar en forma ejemplar aquellas conductas reñidas con la ley.
Y es que no es algo menor que un empleado de alto rango de una empresa, identificado como Rosalindo Plaza, pague una cantidad en dinero efectivo a dirigentes sindicales por - según se expuso en el reportaje - no denunciar anomalías en las empresas donde estos dirigentes representan a trabajadores.
Y las cosas no terminan allí. Diferentes delegados y ex dirigentes dejan en claro que se constituyen sindicatos en forma fraudulenta, que las cuotas van directo a la cuenta corriente del presidente de una confederación, y que el mismo tiene una cantidad de vehículos que a lo menos lleva a preguntarse, a quienes vieron el reportaje, con que recursos los obtuvo.
El reportaje salpicó a todos lados. Notarios que habrían avalado acciones fraudulentas, funcionarios de la Dirección del Trabajo que estarían en conocimiento de dicho actuar y que no lo denunciaron ni fiscalizaron, ex dirigentes que cumplían ordenes del jefe sindical como verdaderos borregos y que denuncian todo demasiado tarde.
Quiero ser muy claro en algo. Dudo que se ponga fin a muchas de las anomalías que aquí fueron denunciadas. Por distintos caminos y por ya mucho tiempo, algunos mal llamados dirigentes sindicales se han dedicado a sacar todos los beneficios personales que su gestión pudiera otorgarles, sin importarles los trabajadores.
Para nadie es un secreto que se elige delegados y dirigentes “truchos”, que estamos llenos de sindicatos que no tienen socios efectivos y que todos conocemos son usados para legalizar “cuadros”, organizaciones validadas por libros de registro de socios de donde no han sido quitados ni siquiera los fallecidos.
¿Y cuantos son los dirigentes de Federaciones, Confederaciones y Centrales que mantienen por esa vía sus cargos?,
¿Es que acaso se va a desconocer que se cobra a los trabajadores por trámites varios, por asesorías en negociación colectiva e incluso por constituir una organización?
Una de las claves de la poca injerencia que tiene el sindicalismo organizado en este momento en el país, esta en la corrupción y la burocracia, los amarres de distinto tipo que permiten a los inescrupulosos mantener la tajada necesaria para seguir viviendo de los trabajadores.
Veamos simplemente todo lo referido a las deplorables reformas laborales de estos años y podremos sacar las conclusiones.
La ley exigía un control financiero y las inspecciones podían revisar las tesorerías de haber reclamos efectivos, la legislación exigía la presentación de balances contables a las organizaciones con mas de 250 socios, los trabajadores podían buscar respuesta si sospechaban o constataban que sus dirigentes se estaban “yendo por dentro”.
La libertad sindical devino en “libertinaje” y lamentablemente los trabajadores están pagando las consecuencias.
He aquí una de las razones, quizás una de las mas poderosas, de por que es pobre y deficitaria la organización sindical y los trabajadores no confían en la gestión de muchos dirigentes.
Hay que limpiar y volver a construir. Es lo que la clase espera de nosotros.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE