1.- Al parar su comitiva para tomarse fotos en la
plaza de la dignidad, el presidente de la República ha actuado como lo
que es. Un individuo carente de empatía, frío, calculador y que
seguramente tiene serios trastornos psicologicos, por lo que nada de lo
que haga en el presente o a futuro debiera parecernos extraño, fuera de
lugar, desubicado, o como usted quiera llamarlo. Lo que debe
preocuparnos es el actuar de su gobierno que, aprovechando la crisis
sanitaria en curso, promueve y aprueba leyes para contener y/o morigerar
las pérdidas del empresariado.Lo aplicado en el Starbucks y otros
similares, es la ley aprobada en el parlamento, ley que va en beneficio
particular de medianas y grandes empresas. No se puede ignorar u olvidar
que las medianas empresas son las que tienen entre 50 y 200
trabajadores y las grandes las que tienen en su planta a más de 200.No
hay nada en la ley COVID que indique que su aplicación deber ir a micro y
pequeñas empresas, como han dicho algunos parlamentarios, tratando de
justificar su ley maldita.Reiteramos, a estos y otros trabajadores
organizados y golpeados por una ley. Desde ahora hay que prepararse para
recuperar lo que nos están quitando.

3.- Hablamos ayer sobre las platas en las AFP, nuestros dineros administrados por extraños y de cuyo movimiento poco o nada nos dicen.Ya expusimos propuestas sobre el seguro de cesantía y vale la pena decir cómo creemos que nuestras platas en las AFP pueden servir para afrontar la actual crisis.
Mensualmente desde nuestras remuneraciones nos sacan algo más del 12
% para la AFP y en este momento de máxima presión, en que nuestras
remuneraciones están en riesgo, corresponde que quienes especulan con
nuestros dineros nos los restituyan.Por lo mismo es que se debe buscar
un mecanismo (proyecto de ley, decreto, nueva Constitución) para
establecer que en situaciones de catástrofes o pandemias que impidan al
trabajador cumplir con sus obligaciones contractuales, y considerando
que en un año las AFP reciben más de 1,2 sueldos nuestros, estas nos
restituyan a razón de un sueldo mensual, parte de los dineros que hemos
puesto en sus manos.Culminada la emergencia y retomada la normalidad,
los patrones pagaran un adicional equivalente al 50% de nuestro aporte
mensual a la AFP, hasta la cancelación total de lo que esta nos entregó
durante la crisis.Para el caso de aquellos trabajadores cuyos fondos
sean insuficientes el Estado facilitará los dineros, que se pagaran
retomada la normalidad, de la misma manera ya expuesta.
La crisis deben pagarla los ricos, no los trabajadores ni el pueblo.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente Central Clasista de Trabajadoras y Trabajadores
Secretario C.G.T. CHILE