PULSO SINDICAL DIARIO DE LA CGT CHILE - 11 marzo 2023

              ************
"..Nació de una tormenta en el sol de una noche el penúltimo mes, fue de planeta en planeta buscando agua potable.." 
 canta Silvio Rodríguez 
               ************

1.- 
Hemos dicho y lo reiteramos. El proceso de negociación colectiva tiene muchas trampas y siempre el trabajador lleva las de perder. Ya no solo se dejó de lado la exigencia - que se transformó en una alternativa - de que los trabajadores reciban una última oferta formal, sino que también se amplió de 2 a 4 los días en que empresa o trabajadores pueden pedir a la autoridad del trabajo una mediación  que recibe el calificativo de obligatoria, para facilitar el acuerdo entre ellas. Por cierto que no se puede desconfiar a priori de la buena voluntad y de la confianza en el diálogo - que parece ser el credo de las autoridades legislativas y políticas - pero cuesta entender que se establezca un plazo para búsqueda de soluciones cuando la misma legislación no pone mínimos básicos para que, de no encontrarse acuerdo en los tiempos definidos, pueda darse una mediación que acerque a esos acuerdos. 

Son muchos los que llegan a la mediación sin nada, ¿de qué sirve tener más días para escuchar lo mismo? La mentada mediación no cumple efecto alguno pues no tiene parámetros mínimos. Solo palabras edulcoradas, intentos de acercamiento pero ninguna exigencia al patrón, sólo la persistencia de decir a los trabajadores que si no bajan sus aspiraciones no habrá avances.

Mucho se habla del piso en la negociación, pero ese piso está cojo. Se trata, para quienes negocian por primera vez, de mantener las mismas condiciones deplorables que los llevaron a organizarse. Para los que negocian de nuevo mantener lo del contrato colectivo vigente, pero ni para unos ni otros establece como mínima condición, el aumento de sueldos y beneficios según el alza de costo de la vida. 

Se llega al absurdo en la ley de hablar del piso en el artículo 336 del Código, mientras en el artículo 341 se dice que se podrá soslayar tal exigencia "cuando las condiciones económicas de la empresa así lo justifiquen". 


2.- 
Los trabajadores aprobaron la huelga y si no la llevan adelante es simplemente porque las condiciones para ello son ínfimas. Si aceptan acuerdos es porque aún no reúnen las fuerzas suficientes para sostener sus posiciones con una huelga. Están faltos de recursos y con miedo a lo que viene, la represión llega en forma instantánea al llamado de los patrones, además de sufrir el total desconocimiento de su movimiento. Todo esto y más es lo que les frena e inhibe. Para el sistema los trabajadores no existen y los que luchan son como la peste. Hay que mantenerlos aislados, impedir que infecten a otros con sus decisiones de confrontar lo que existe. 

Las cosas sólo cambiarán cuando sean miles los organizados y la solidaridad entre pares supera toda frontera. El desafío es enorme pero podemos enfrentarlo. Depende de nosotros.
            ****************
MANUEL AHUMADA LILLO 
PRESIDENTE DE CGT CHILE 

Nuestra fuerza la unidad
Nuestra meta la Victoria