PULSO SINDICAL DIARIO DE LA CGT CHILE 10 DE SETIEMBRE DE 2021

 

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"..La cebolla es escarcha, cerrada y pobre, escarcha de tus días y de mis noches, hambre y cebolla.." 
canta Joan Manuel Serrat
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Tenía 15 años y 5 meses de edad, cuando se produjo el golpe de estado. Pese a los años transcurridos los recuerdos permanecen intactos. 
 
Poco después de las 10 de la noche de ese 10 de septiembre, abandoné el local donde funcionaba el Comité Local Ricardo Fonseca. Tenía la responsabilidad de guardar los carné de la Jota, que se entregarían a los nuevos militantes en la clausura del 7º Congreso, ceremonia que nunca se realizó. 
 
Luego de un par de días con esos carnet en mi poder, conseguí que mi abuelo los enterrara en algún lugar de su amplio patio cubierto de arboles frutales. Nunca supe donde quedaron. Una semana después del golpe, cerca de la medianoche, llegaron los milicos a buscarme. En la madrugada del día siguiente, después de torturas y un simulacro de fusilamiento me tiraron en un cuarto, desnudo, con la vista vendada y amarrado con alambres. 
 
Comparto algunos párrafos del libro que escribí sobre estos hechos, en una fecha que no tenemos derecho a olvidar, Jamas.

"El 10 de septiembre de 1973, en San Bernardo, casi a la medianoche,  avanzaba lentamente de norte a sur por la calle J. J.  Pérez , un jeep del Ejercito. Los soldados lucían un brazalete claro  en uno de sus brazos. 
 
A las 6 de la mañana del 11 desperté sobresaltado con los gritos de una compañera. Los marinos estaban sublevados en Valparaíso según lo que decía la radio y al parecer había un Golpe de Estado. Eran  las 11 de la mañana del día fatídico cuando los primeros cohetes disparados por los aviones de la FACH dieron en el palacio de La Moneda. Recorrió el mundo la imagen de la bandera nacional cayendo lentamente envuelta en llamas.
 
28 años después , en Octubre del 2001, y en el marco de las investigaciones realizadas por la magistrado designada por la Corte Suprema para investigar la desaparición de la militante del MIR Jenny Barra Rosales, fui citado en calidad de testigo para dar declaración sobre lo sucedido en Chena. Soy uno de los sobrevivientes de ese campo de prisioneros y en esa calidad subí nuevamente a un jeep del Ejercito y fui llevado a algunos lugares del cerro.
Recordé hechos que marcaron profundamente mi vida. Vinieron a mi memoria duros pero hermosos momentos vividos junto a compañeros de prisión, de quienes nada sabía antes de esa fecha.
 
Pese al tiempo transcurrido encontré impregnado en la hierba seca y en el aire, el cariño de los trabajadores ferroviarios de la Maestranza Central, quienes me cuidaron como un hijo durante los días  que compartimos cautiverio.
 
Se cumplía así, luego de 28 años, con el compromiso asumido. “Alguien tendrá que de dar testimonio de lo sucedido y relatarlo, tal como se transmitieron las luchas obreras de principios del Siglo XX”.  “ La causa de los trabajadores no morirá con  nosotros, otros vendrán a continuarla”  dijimos entonces con convicción.
 
Volvieron de golpe a mi memoria las conversaciones con el flaco Viera, fusilado en la juventud de sus casi 20 años. Se paseaban por los caminos de Chena, las vivencias de los campesinos de Paine, algunos de quienes fueron sacados una tarde, desde “la casa del techo rojo” y no los volví a oír. 
 
Recordé los análisis políticos que solíamos hacer con  Dote y Bracea, mis compañeros de aislamiento durante un par de días, en un cuarto pequeño rodeados de fardos de alambre de púas.
 
Durante muchos años y pese a la gravedad de los hechos vividos, poco o nada se mencionó del cerro Chena y los hechos que ahí se vivieron. Aparece citado en documentos, o se le menciona en algunas querellas que por desaparición o fusilamiento  se han presentado ante los tribunales. Sin embargo hasta ahora no se había ahondado en lo sucedido en las instalaciones militares que todavía allí existen.
 
No fue si no hasta que se conocieron los resultados de la Mesa de Dialogo, así como las investigaciones que inició la magistrado Cecilia Flores, que Chena se instaló en la opinión pública. En las conclusiones de la mesa de dialogo se menciona que varios detenidos estuvieron en  Chena y desde allí fueron sacados para ser arrojados al mar desde helicópteros."
*del libro "Testimonio  - Cerro Chena un Campo de Prisioneros"
            
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Nuestra fuerza la Unidad 
Nuestra meta la Victoria

MANUEL AHUMADA LILLO
Secretario CGT CHILE