PULSO SINDICAL Nº 395 DEL 07 AL 23 DE MARZO DE 2020

Con Berna Castro en la memoria, saludando la entrega hasta el final de sus días a la causa de los más pobres.

Con Paty Carmona en el corazón, canción y compromiso para enaltecer la causa de los que no tienen voz.

Ambas siguen con nosotros, alentando la lucha del pueblo.




LA PANDEMIA Y LOS TRABAJADORES

1.-       El domingo 22 de marzo se anunció, por tiempo indefinido, toque de queda en todo el país entre las 10 de la noche y las 5 de la mañana del día siguiente. Un móvil de Megavision a las 22,20 sigue a un carro policial que lleva a 2 transeúntes detenidos a la comisaria, mientras otro móvil muestran a militares fiscalizando automóviles, a cuyos conductores luego de presentar documentos se les permite pasar.
Cuál es la razón del trato distinto? No son lo mismo, los conductores que van camino de sus hogares y quienes lo hacen caminando? Falta de criterio, discriminación? Juzgue usted.

2.-       Terminado el toque de queda el 23 de marzo, cientos, miles de trabajadores se agolpan en estaciones de Metro y paraderos de buses, buscando llegar a sus lugares de trabajo. Ninguna autoridad está en la calle indicándoles que deben conservar “el distanciamiento social” del que todos hablan. Pareciera no importar a nadie si los trabajadores se contagian o no, a fin de cuentas y en el peor de los casos solo se trataría de reemplazar a los infectados, y mano de obra desocupada hay sobra para reemplazar.

3.-       La pandemia era solo algo lejano que podría afectarnos en algún momento, pero para el capital llegaba el momento de poner las primeras salvaguardas a sus fortunas. Y ellos actúan con tiempo. Por eso el 6 de Enero de 2020 el gobierno presentó un proyecto del ley (ingresado por el Senado en el mensaje N° 564-367) donde se establece la posibilidad de pactar la disminución de la jornada de trabajo por un mes y  hasta por 5 meses para quienes tienen contrato indefinido, y de 3 meses para contratos de plazo fijo, obra o servicio determinado. La disminución no será superior al 50% ni inferior al 15% de la jornada convenida originalmente.
Durante este pacto de diminución de la jornada, el empleador pagará las cotizaciones previsionales y de seguridad social, según la remuneración imponible convenida en el pacto. Finalmente se establece para los trabajadores un complemento con cargo al Fondo de Cesantía Solidario. Si la jornada se reduce en un 50% el complemento será del 25%, si la reducción es inferior  el complemento se determinará proporcionalmente.

4.-       El virus es declarado pandemia y se instalan todas las restricciones y carencias que conocemos. Ciertamente la mayor preocupación del capital y de los medios de comunicación – YA TRASMITIDA MAJADERAMENTE  DESDE EL INICIO DEL ESTALLIDO SOCIAL – es el cómo se apoya a las empresas que no tienen ventas o estas han disminuido aceleradamente.
Por tal razón el 19 de marzo se anuncian una serie de medidas pro empresas dentro de las cuales se encuentra la suspensión del empleo.
O sea, no conformes con la presentación de un proyecto de ley para disminuir la jornada de trabajo y el pago proporcional de la remuneración, y ciertamente teniendo claro que el virus viene en alza (y que a futuro podrían venir otras pandemias) se agregan propuestas destinadas a suspender el empleo y con ello el goce de remuneraciones.
El proyecto de ley anunciado el 19 de marzo establece originalmente que durante esta emergencia, el trabajador que deba permanecer en su hogar sin posibilidad de hacer la pega a través del teletrabajo (lo que no está aún normado) podrá ser suspendido temporalmente de sus funciones y del pago de sus remuneraciones, recibiendo ingresos desde el seguro de cesantía (su cuenta individual) y de agotar estos recursos los proveerá el Fondo Solidario. No obstante y mientras cerramos este Pulso, nos enteramos que una llamada mesa laboral integrada por gobierno, patrones y sindicalistas -entre ellos la CUT- se encentra revisando el proyecto de ley anunciado el 19 de marzo y que sería presentado en las próximas horas.

5.-       Todo lo anterior ha sido detallado para dejar en claro que estamos ante un problema de clases, donde la clase de los poderosos toma medidas para asegurar su tranquilidad y estabilidad, importándoles un  pepino lo que pueda suceder con la clase de los abusados en sus derechos.
Claro, hay pocos ricos y muchísimos pobres y para el sistema son los primeros los que permiten la subsistencia de los segundos. Que se enfermen, agraven e incluso mueran algunos miles de pobres no alterará el orden capitalista, al menos no tanto para forzar su extinción.

6.-       Es cierto el drama del desempleo, es real el miedo a quedar sin recursos para mantener a la familia, pero no debe ser a costa de perder todo valor como ser humano.
En algunas empresas se exige firmar documentos para aceptar disminución del sueldo y los que no aceptan se les despide por necesidades de la empresa, en otras se les demanda tomar vacaciones obligadas y/o modificar – disminuyéndolas por cierto -  las jornadas de trabajo. Incluso la exigencia de teletrabajo es ilegal pues no hay normas legales para ello.
En qué condiciones están prestando servicios los que aceptaron el teletrabajo?.
Como pueden ver, exigencias de todo tipo en momentos de pandemia aunque dicen que solo son provisorias.
Alguien dará certezas de que terminada la pandemia no pagaremos el costo mayor? Que no habrá despidos y rebajas de sueldo permanente?
La única posibilidad de poner freno a la vendetta patronal que se implementará con posterioridad al término de la pandemia, es la organización.
Una organización autónoma e independiente, sin dirigentes que negocien a escondidas con los detentadores del poder. Por mucha buena intención que tengan estos dirigentes (si es que se puede hablar de buena intención)  lo que hacen es darle vida a un modelo criminal y  la espalda a los trabajadores y sus derechos.

7.- Y mientras tanto por donde salimos? parecen preguntarse miles.
No es algo baladí reiterar lo anterior. Hay que hacer el máximo de los esfuerzos por desarrollar la organización en todos los sectores donde no existe.
Ha quedado claro que, para los patrones y gobiernos, los trabajadores son solo números y sus derechos no le importan a nadie que no sean ellos mismos.
                                                                                                            
Aquellos que en el Parlamento hacen gárgaras con los derechos de los trabajadores y su protección, deben transparentar los proyectos de ley que hemos enunciado y poner freno a todo aquello que implique eliminar remuneraciones mientras dure la pandemia y después de ésta.
 
Hay que legislar estableciendo, por ejemplo, que la rebaja de remuneraciones es solo un préstamo, que será restituido a los asalariados terminada la emergencia.
Demandar recursos financieros desde el Estado para establecer que no se perderán los recursos del Seguro de Cesantía y que los mismos estarán dispuestos para la cesantía que se producirá una vez terminada la pandemia.
Finalmente y en lo que respecta a medidas urgentes debe decretarse la prorroga inmediata de todos los procesos de negociación colectiva en curso, al mismo tiempo que suspender todos los procesos futuros hasta el término de la pandemia.  



MANUEL AHUMADA LILLO
Secretario C.G.T CHILE
Presidente Central Clasista de Trabajadores