PULSO SINDICAL Nº 360 DEL 11 AL 31 DE JULIO DE 2018

Las vacaciones de invierno son un momento de pausa para millares de estudiantes en todo el país. Momento que los padres aprovechan para evaluar y corregir, planificar la segunda parte del año y si es posible descansar por algunos días. Esto último, que debiera ser un derecho irrenunciable, regularmente se ve impedido por el factor económico.

Cuando resolvimos construir el Centro Recreacional Rene Rosales Peña, teníamos en mente que también pudiera ser ocupado por familias de trabajadores durante el feriado de vacaciones de invierno. Y vaya que está resultando exitoso.

Esta últimas 2 semanas y pese a la cantidad de dramas con que cargamos en el movimiento sindical – abusos, discriminaciones, despidos injustificados y un cuanto hay – tuvimos a 10 familias disfrutando de nuestro lugar de descanso en Ventanas, comuna de Puchuncavi. Es difícil luchar contra los abusos, de eso no cabe duda, pero nadie podrá impedir al trabajador organizado generar sus instrumentos para que derechos como el descanso y el relajo, no dependan de si tienen o no dinero disponible.

Hemos generado un buen equipo de trabajo que recibe y atiende a quienes llegan. Confort y comodidades a nivel de varias estrellas y lo que es más importante a bajos precios y con facilidades para pagar las reservas de cabañas. Nadie que quiera ir queda afuera.

En estas 2 semanas compartimos con quienes se tomaron unos días de descanso. Aprovechamos de supervisar la construcción de la cabaña 7 así como la implementación del salón de actos, que no solo permitirá a cada cabaña contar con un espacio para disfrutar sus alimentos y reposar, sino que también contarán con una biblioteca y un espacio para disfrutar de buen cine, además de juegos para niños y adultos.

No es cierto aquello de que los trabajadores no financian a su organización. Solo dudan de hacerlo cuando no está claro en que se invierten los recursos. 
Todos nuestros socios saben que en la habilitación de la sede central se han  invertido más de 50 millones y que cuentan con espacio para trabajo de asambleas, reuniones de directorios, sala de capacitación y asesores legales, previsionales y contables, además de una radio por internet que cada día aumenta y aumenta su audiencia.

En el Centro Recreacional la inversión se acerca a los 100 millones, pero esto ha permitido entregar a cada socio que hace uso de las instalaciones un lugar amplio y buen cuidado, en el que cuentan con todo aquello que les permite disfrutar de algunos días de descanso que tienen bien ganado , junto a sus familias.

Nuestra CGT es muy directa y a veces incomprendida, pero seguimos manteniendo la costumbre de llamar a las cosas por su nombre, aunque eso a veces implique pagar altos costos.

Tenemos un profundo amor por la causa de la clase trabajadora  y hacemos todo aquello que se pueda, para devolver al asalariado la confianza en que con la organización y la lucha es posible avanzar en la concreción de los sueños.

Los que no crean esto deben darse una vueltecita por nuestra sede social y por el Centro Recreacional para constatarlo. Todo lo que hay en estas instalaciones está a disposición de los trabajadores, pues fue con sus recursos que se pudieron concretar.



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Por eso asumimos la resolución de avanzar hacia la construcción de una Central Clasista.

Lo decidimos en el 2004, y aunque hasta entonces aún sentíamos que era posible soñar con una Central Única, la entrega de la oreja al modelo y sus administradores de parte de un sector del sindicalismo, nos ha indicado que hay que marcar muy bien los énfasis para dejar claro en donde estamos y porque.

Más de 70 acuerdos de asambleas, en diferentes regiones, han ratificado esta decisión de la CGT. Solo un sindicato en Paillaco a expresado, según su presidente, que hablar de clasismo es algo retrogrado e incluso ha insinuado una posible desafiliación.

Si es decisión de los trabajadores están en su derecho. Si solo lo piensa el dirigente, es momento de invitarlo abiertamente a discutir con los socios.

No somos nosotros quienes inventamos la sociedad de clases. El abuso, la explotación, el nulo respeto a la legislación que ellos y todos los trabajadores reciben de parte del empleador, son un indicativo de que un sector de la sociedad no quiere que los trabajadores se dignifiquen y disfruten de los frutos de su trabajo.

Para revertir este cuadro, el primer paso es declararse parte de la clase trabajadora.

Y que quede claro. No aspiramos a un instrumento que sea reconocido por patrones y gobiernos. No nos interesa la legalidad del modelo, pues es esa legalidad la que nos tiene esclavizados. Es este modelo el que promueve leyes aberrantes, leyes que son sancionadas por parlamentarios y gobiernos que dicen ser y no son.

Requerimos de una Central independiente y autónoma, legal en cuanto a que quienes la compongan sean instrumentos verdaderos, que coticen mes a mes y cuyos socios tengan la potestad de elegir a sus dirigentes, pero absolutamente independiente de las normas que los gobiernos del capital han instalado.

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Gran sorpresa provocó por estos días la invitación a realizar una manifestación en contra del “director del trabajo patronal”, luego de que las últimas resoluciones de dicho funcionario de gobierno, van haciendo aún más mala la mediocre reforma laboral aprobada hace un año y fracción. Un Director del Trabajo Patronal, como si los anteriores no hubieran sido pro empresa.

Harto triste resulta constatar el desconocimiento de algunos dirigentes sindicales. Como no saben que el anterior director del trabajo, el del gobierno de la Nueva Mayoría - burócrata apellidado Melis - acogió una solicitud de los patrones hoteleros y quitó a los trabajadores de este sector la pertenencia al N° 7 del artículo 38, para privarlos de derechos que por años les fueron reconocidos.

Una de las pocas autoridades de gobierno en el plano laboral que merece respeto es la señora María Ester Feres, no solo porque apoyó muchas solicitudes de organizaciones de trabajadores, sino también porque cuando la mediocridad del gobierno le impedía avanzar más, se tomaba el tiempo y nos entregaba las argumentaciones.

Las leyes laborales dejan claro el carácter de clase del gobierno y del Parlamento y nuestro rol es claro y concreto.

Debemos luchar contra eso con todas las herramientas de que dispongamos, sin ignorar ni por un momento que la primera de todas es la organización. Sin organización, solo estaremos haciendo saludos a la bandera. Y esos no sirven a estas alturas del partido.

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Lo anterior a propósito del famoso estatuto laboral juvenil, una más de las banderitas de flexibilidad y explotación de fuerza de trabajo que se han levantado y que cuentan con entusiasta apoyo en el parlamento.

Pero seamos honestos y claros en algo. No es la primera ni será la última ley que busque abrir las puertas a más y más explotación, utilizando en este caso como subterfugio aquello de que es una norma para jóvenes estudiantes, hasta una fecha ya determinada.

Normas como las que en este estatuto laboral se plantean, ya son normas legales que aplican a millones de asalariados. No es ningún secreto esto de que no tendrán días domingos libres, la ley hace decenios que exceptúa del descanso dominical a miles de explotados e incluso estableció hace poco normas para que trabajadores y empleadores puedan acordar una distribución de los domingos libres.

Como si fuera de creerse eso de que “las partes podrán acordar” cuando hasta el más lego sabe que los patrones tienen la sartén por el mango.
Y eso de los turnos cortados?

Por años reclamamos contra esa arbitrariedad en la gastronomía y la hotelería y resulta que hoy, por mandato de ley, el turno se puede cortar a todos los trabajadores de un establecimiento, regalo de los parlamentarios de todos los partidos, cuando dictaron las normas especiales para los trabajadores del turismo.

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Por estos días termina la teleserie del Ingreso Mínimo y tenemos de nuevo a los mismos de siempre apoyando las propuestas de los mismos de siempre.
Ni los parlamentarios ni los dirigentes de la CUT tienen idea de lo que sufre día a día un trabajador con el salario de porquería que recibe. Pero ellos hacen gárgaras con la palabra trabajador, como si eso bastara para ponerles del lado de los explotados.

No solo  tendremos un resultado mediocre - un monto que no dejara conforme a nadie – sino que seguiremos siendo testigos de la inequidad que caracteriza a la sociedad de clases. 

Y es que quienes fijan este guarismo, no solo se pasan por el aro las necesidades de miles de familias. También discriminan. El ingreso mínimo no es la base sobre la que se genera una política de remuneraciones. 

Efectivamente. No solo tenemos el pago de un % del IML a quienes trabajan jornadas de tiempo parcial, toda vez que también reciben menos de este monto quienes tiene menos de 18 años y aquellos que superaron los 65. 

Así las cosas solo queda reiterar el llamado a organizarse.
Nada cambiará sino hay pueblo en la calle demandando cambios.


MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE